9 de mayo de 2011

pic nic

tus zapas al sol, mis gafas sujetando la tercera gota que me resbala por la nariz, un día de pelota vasca y recuerdos haciendo cola por intervenir en nuestras vidas para recordarnos que hemos sido absolutamente felices,durante miles de instantes y que se puede,que al final es posible aunque haya días de verano que nieve dentro de casa...una canción que acabo de descubrir es responsable de tanta frescura,de la sonrisa de tonta que me está cruzando la cara,mientras estos dos dibujan y pasean el coche nuevo de playmobil por la mesa de la cocina.
Y mientras te abro la puerta diminuta y te acomodas en sus asientos de plástico gris,te miro y me alegro de que hayas decidido venir de picnic con nosotros, aunque sigo pensando que comer sentada es incómodo. La mochila con los platos y el mantel mini de cuadros descansa en el asiento de atrás y estoy segura de que nos va a acompañar muchas playas...nos da el aire en la cara y aunque me afano por sujetar el pelo,se me vuelve cometa de coletas y corre a la misma velocidad que nosotras.Deja de reírte,ya sé que parezco una loca,la verdad es que lo estoy y es para siempre...
Se me acaba de quemar la cena y el frenazo me recuerda que voy sin gasolina,que han sido mis pies, en este coche de picapiedra, quienes pisan tierra y me devuelven a mi cotidiana vida,pero te prometo que lo de comer sobre la hierba y que te he querido toda la vida es de verdad...

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