...a veces decimos que no y no nos comprenden.A veces ,nos dicen que no y nos parece inexplicable.Las fronteras que cada un@ ponemos alrededor de nuestra vida, deberían ser infranqueables y aceptar también esa realidad cuando estamos en el otro lado.La margen ,por la que transitamos cada día,nos permite percibir la misma situación de distintas maneras, pero lo que es indudable, es que todas podemos decir o recibir un NO.
Abase de teorizar,hemos aprendido, con una claridad absoluta, lo que es políticamente correcto,el problema es cuando en una situación concreta pasamos de cazador@ a pieza y viceversa.Habitualmente ,por mujeres,porque nos ha tocado ,porque así está establecido o porque les da la gana,que de esto abunda,ocupamos el papel de víctima, y a base de tanto tiempo y tanto aprendizaje, se han acostumbrado a salir de cacería.Y cuando les dices que no,que no quieres,te enseñan esa parte fea,recóndita por impresentable, en la que tiran de diccionario y eligen para expresarse, únicamente, verbos relacionados con la posesión y las consecuencias de la frustración.De esa manera ,una persona,aparentemente normal,de andar por casa,se transforma en un ser obsesivo que va a dedicar su tiempo y sus energías en hacerte comprender lo que te pierdes,lo equivocada que estás ,y cuando no lo consigue con esa retorica, recurre al chantaje emocional,a la amenaza.Me cuentan historias cotidianas de mujeres ,y no tan mujeres, que ya conocen el miedo, y me dibujan su perplejidad y su desencanto.Hay quienes cambian de barrio y hasta de ciudad, y una de dos, o los enfrentas o te consumen la vida.A veces ,usando su mismo lenguaje,desaparecen,pero eso nos hace parecernos y, aunque no es lo deseable, es la única salida.Que sea NO,si no quieres, y que quede claro que ya no tenemos miedo...
Diremos que NO, nadie tiene derecho a acosarnos, obligarnos y humillarnos.
ResponderEliminarLa Borde que lo Borda