24 de mayo de 2010

sí, quiero?

...me sorprende la fuerza que adquiere una palabra cuando dos personas se deciden a incorporarla a sus vidas.Una,capaz de cambiarlo todo y empezar a construir,desde cero,la misma que cuando se deja de pronunciar lo arrasa todo.La que aglutina y te permite ser presentada en sociedad,te da derecho a cepillo de dientes y pijama, y a hacer planes a más largo plazo.Mágica cuando se nombra y te sientes orgullosa de empezar a caminar junto a alguien ,a partir de ahora,maldita cuando se rompe el amor y dejas de salir a pasear.Sentimiento de pertenencia que no molesta,incluso agrada,y sensación de compañía permanente que no hace ruido,pero está cerca,a tu lado.
Podría seguir enumerando los derechos que te regala tenerla, pero lo que quiero destacar en este espacio es, quizá, la perdida descomunal que te sobreviene cuando lo rompes.Compromiso.
A partir de ese momento,el mundo se posiciona,como si se tratara de bolitas de mercurio que corren despavoridas,hacia uno y otro lado.La que está en la zona baja recibe la mayor cantidad,en un acto de solidaridad casi desconcertante.Nadie pregunta las verdadera razones,aquí se trata de tomar partido,verdades aparte,y escuchas eso de ...mi amiga eres tú, aunque hayas sido una autentica cabrona.Se usa la amistad como elemento reparador de una herida que casi siempre se han infringido mutuamente, porque si la palabra es de dos,también debería serlo la razón por la que desaparece...y lo hayas jodido o no ,lo único cierto es el devastador dolor que queda después de haberlo compartido todo,digan lo que digan...

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