7 de septiembre de 2010

ciento setenta...

...cuando abro el blog para escribir una nueva entrada,aparece un número que indica cuántas he hecho ya y, a día de hoy ,van nada menos que ciento setenta.Es decir, que ciento setenta veces he sentido la necesidad de verter aquí mis alegrías y mis ganas, porque de penas también he hablado un rato...y no imagino escribir sin cargar de emoción lo que digo, aunque hable de estupideces, que también lo he hecho.Sé que, al igual que hoy,han habido días anodinos en los que me saturan los problemas y dejo de sentir,como única manera de seguir adelante.Seguro que mañana no entenderé porqué he escrito esto, pero estos cambios de humor ya forman parte de mí de manera permanente,difíciles de dasarraigar.
En ciento setenta ocasiones he hablado de ti,de ti también,hasta de ti,que ya es decir.Y siento que necesitaré otras tantas para hablar de ti ahora,porque hay mucho que contar...Sólo espero que los colores no desdibujen las palabras y me dejen sentir con intensidad,para poder expresarlo todo,sin medianías,y ser fiel a lo que eres.Me duele que me percibas en estos días que deambulan por septiembre,a medias entre el verano y los días que necesitamos abrigarnos,porque estoy como el clima,cambiando,como preparando la madriguera para pasar el invierno irremediable de las sensaciones.Y es aquí cuando te pido paciencia y me la pido a mí misma,porque si sigo a esta velocidad,se me desdibujan los contornos y podría llegar a confundirte...es aquí cuando quisiera percibir el devenir del tiempo con la calma con la que acostumbras a hacerlo tú,tú que nunca tienes prisa.Recuerdo cuando yo sentía que tenía todo el tiempo del mundo.Ahora saboreo cada hora lentamente porque tiene un sabor a definitiva que me agrada,como si cada cosa que haga en ese lapso de tiempo permanezca indeleble...será porque creo que mi medida y la tuya son distintas,pero aún así quiero regalarte un día entero para que veas la cantidad de cosas que podemos llegar a hacer...

1 comentario:

  1. Yo no entiendo porqué la gente en invierno busca un refugio y hasta la primavera no sale.
    El verano tiene su aquél con los días más iluminados y el sofocante calor en ciertos países.
    Pero el invierno, el invierno tiene las noches iluminadas con velas, la interminable búsqueda del calor de la otra en la cama, la tormenta que nos deja el inconfundible olor a hierba...
    Y aunque el invierno "nos acojone", es el que nos enseña a valorar la primavera, el verano y el otoño...

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